domingo, 18 de marzo de 2007

A veces nos preguntamos si hicimos lo correcto


Bueno, como había de esperar, estaba yo a las tantas de la noche estudiando psicología y anatomía con un gran desorden sobre mi cama, donde luchaban los lápices de pasta con los de mina por manchar mi cama, bueno aunque mi gomita se deshiciera de a poco sobre mi cuaderno, me sentía bien, el sueño aun no me vencía, pero estaba agotada y cansada de leer cien veces la misma cosa, aunque siempre se me olvide, encontré tan extraño que un libro de psicología pareciera novela, que tube que afirmar que el método que adopto la escritorio era una de los mejores, ya que he leído cuanto libro y suele suceder que a veces con sueño cansancio no entiendo en absoluto lo que leo, pero esta vez sucedió al revés por fin entendí.

En fin estaba yo perdida en materias, en cognoscitivos, humanismo, piernas huesos y algunas venas, cuando me pregunte si yo misma me hacia esas preguntas psicológicas, y al parecer de eso vivo, o cuantas veces me he preguntado, ¿porque se acabo esa relación? o ¡porque nunca pude concretar una relación de verdad con esa persona?, ¿acaso era yo la que tenia miedo, o simplemente no había amor entre los dos? sera que todas esas preguntas me rondan en mi cabezita de avellana, y no le encuentro respuesta, sera por eso que no quise que supiera que yo estaba junto al teléfono, esperando que quizás me enviara un saludo a la distancia, pero no me aleje lo mas posible, quizás como otras veces podría escuchar el latido de mi corazón y escuchara que estaba a punto de explotar por las ansias que me da saber que aun su voz me estremece, bueno todo es así, la vida misma es así, y si un par de lapices entremezclados en mi cama, pueden hacerme recordar que alguna vez estuve junto a el riéndome de las cosas que dice mi prima, o cuando lo molestaba porque me encantaba verlo nervioso, todo eso se esfumo y desapareció, somos dos personas distintas, cambiamos como el agua se vuelve jugo, pero los dos cambiamos, y entonces la gran pregunta se asoma en mi mente ¿fuimos culpables de este cambio? ¿yo hice que el sea ese tipo frió, ajeno, y despreocupado? y ¿acaso es el quien hizo que yo cambiara a ser una niña despreocupada un tanto fría y ajena? tanto influimos el uno en el oro que cambiamos para bien o para mal, así es la cosa siempre creí que eramos muy similares, pero nunca pensé que si cambiáramos, seria de la misma manera, espero saber algún día si fue mi culpa o fue la suya.

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